Con la llegada a los 10 meses de edad, nuestro bebé ya se ha desarrollado de manera considerable: Es capaz de coger alimentos con los dedos, tiene la capacidad mantenerse sentado por sí mismo, ya le han salido algunos dientes, imita la acción de masticar…definitivamente ha crecido, y es momento de comenzar a proporcionarle algunos alimentos sólidos.
No obstante, el pediatra recomienda llevar a cabo este proceso poco a poco: Continuará con cuatro comidas al día, que incluirán papillas de cereales con gluten y puré de verduras con carne, como en los meses anteriores. Pero poco a poco se incluirán en su alimentación elementos como el pescado blanco, o la yema de huevo duro. Con el fin de que tolere estos nuevos alimentos lo mejor posible iremos proporcionando de manera progresiva, especialmente la yema de huevo: Aproximadamente un cuarto de yema cada 3-4 días hasta dársela entera a los 15 días. A partir de aquí podrá comer unas dos o tres yemas a la semana.
Hemos hablado antes del pescado blanco. En este punto es importante remarcar que debemos tener precaución con el pescado azul: Algunas de sus propiedades (es más graso, su sabor es más fuerte…) no lo hacen aconsejable hasta los 15 meses.
Por último, es recomendable complementar la alimentación con 6 gotas diarias de vitamina D3.
Para cualquier consulta, puede ponerse en contacto con el centro pediátrico.
