El pasado 16 de marzo se inició el confinamiento en España por la pandemia del Coronavirus.
El Colegio profesional de Psicólogos de Aragón ofreció a la ciudadanía de dicha comunidad un servicio psicológico gratuito con la finalidad de ofrecer estrategias de actuación ante esta situación. Lo cierto qué a día de hoy, 26 de agosto, esta pandemia no está controlada y los rebrotes no paran de subir en todas las comunidades de España.
Como profesional de la psicología, soy consciente de la vulnerabilidad en la que nos encontramos y quería transmitir a través de este escrito mi experiencia personal aportando por otro lado, “mi granito de arena” a todo aquel que se encuentre preocupado por dicha situación y cómo podría hacer frente a ella.
Como ya es conocido, el mundo no estaba preparado para hacer frente a esta pandemia, sin embargo, estoy convencida de que EL SER HUMANO como individuo, TIENE RECURSOS PARA GESTIONAR SITUACIONES LÍMITES, sólo nos falta aprenderlas y ponerlas en marcha.
La COVID 19 es una ADVERSIDAD (situación límite) más de la vida. Hoy más que nunca tenemos que confiar en nuestras fuerzas, en nuestra mente. En la medida en que cada uno se REINVENTE (cambie de actitud y se transforme) nos veremos inmersos en un proceso con efecto dominó beneficiándose primero la persona, luego los colectivos y en último término, la sociedad. Se trataría de una ola expansiva que comienza en nuestro interior y termina en el exterior, en la sociedad. Lleva el mismo proceso que cualquier terapia de psicología: para mejorar o cambiar debes comenzar por ti.
Las primeras llamadas que recibí fueron mujeres. Fue al tercer día cuando comenzaron a llamar ellos. En consulta ocurre lo mismo. La mujer suele ser más “Verbal” que el varón. No obstante, con el paso del tiempo se está equiparando.
Los trastornos mentales más comunes ante esta pandemia han sido: Trastornos de ansiedad (principalmente angustias, miedos y fobias) y depresiones (melancolía, tristeza). Por otra parte, si se cursaba ya con algún trastorno, éste se ha potenciado.
Observando mi registro de llamadas:
A.- Las primeras en contactar eran ciudadanas jóvenes, entre 30 y 40 años que cursaban todas con un cuadro clínico de ansiedad: presión en el pecho, dificultad en respirar, pensamientos recurrentes (rumiar una idea), somatización con nudo en el estómago…
Ante esta situación qué nos puede aportar la psicología:
Tras una escucha activa, yo les hice una pregunta: ”¿Has tenido los mismos síntomas o parecidos cuando te has encontrado en una situación límite?” Todas me contestaban que “sí”. Esta afirmación me permitía rebajar su ansiedad haciéndoles ver que el coronavirus te brinda la oportunidad de ver que ante una situación límite respondes con ansiedad. Es tu manera de ser y de percibir la vida.
El tratamiento básico que les ofrecí fue el siguiente:
1.- Hábitos de respiración y relajación. Yo lo denomino mi rincón Zen.
2.- Trabajar las emociones “ocultas”: el origen de nuestra ansiedad.
3.-Verbalizar (decir en alto) cuál es mi preocupación.
4.- La Asertividad frente al COVID 19: siendo claros, directos y expresando nuestros derechos.
Aristóteles “El que ha superado sus miedos será verdaderamente libre”.
B.- Las siguientes llamadas eran tanto hombres como mujeres, desde los 23 años a los 55 años.
Un elemento a destacar es que la inmensa mayoría tomaba medicación. Está claro que nos encontramos en una sociedad “medicalizada” esto nos lleva a pensar que los ciudadanos no estamos preparados para hacer frente a las situaciones límites y, sin embargo, la persona tiene recursos para afrontar con éxito estas situaciones.
Los medicamentos ayudan, son básicos y fundamentales para determinados trastornos. Todos los podemos necesitar en un momento puntual pero aquí nos falta Trabajar la mente, confiar en ti y tener PACIENCIA.
Elbert Hubbard “La responsabilidad es el precio de la libertad”.
C.- No por citarlas más tarde cobran menos importancia, la depresión.
La depresión no tiene edad, es en esta pandemia cuando la tristeza, la melancolía, la infelicidad se ha adueñado de nosotros.
El colchón de esta depresión ha sido el miedo.
Fueron muchos los casos dónde me expresaban que estaban abatidos, dificultad para conciliar el sueño, cansancio y fatiga mental, no podían concentrarse en lo que hacían.
El tratamiento que les ofrecí fue el siguiente:
1.- Rutina con un ejercicio físico y siempre a la misma hora.
2.- Buenos hábitos: horarios de sueño y comidas.
3.- Alimentación sana.
4.- Higiene personal y buenas costumbres: arreglarse, gustarse.
5.- Racionar la información COVID concentrándola en la parte del día tras terminar tu trabajo y no más tarde de las 18h de la tarde.
6.- Listado de actividades a realizar que nos hacen feliz. Sería de interés realizarlos siempre a la misma hora como si de un hábito se tratase.
7.- Reír. Mirar nuestro lenguaje no verbal y comenzar a sonreír cuando hablamos de tal manera que cada vez lo hagamos con más frecuencia y naturalidad.
8.- Tomando una actitud positiva debemos enfrentarnos a nuestros miedos. Un tratamiento muy progresivo donde reine la relajación, la respiración y las técnicas de exposición, entre otras.
Hunter S. Thompson “Si nunca has fallado, nunca has vivido”.
D.- La convivencia.
Otra área dañada en esta pandemia es la convivencia de los hogares, puede tratarse de las relaciones de pareja, las familiares o intergeneracionales.
Privarnos de libertad, de nuestra rutina nos invita a estar más irascibles. Es buen momento para aprender a conocernos mejor y a aprender a empatizar con ”el otro”.
Esta área daría para mucha literatura ya que las técnicas de proceder no serían las mismas si se tratara de un matrimonio o la relación entre hermanos o con los abuelos. Los elementos de alarma serían la falta de respeto y de comunicación.
Se debe de cultivar las técnicas que nos ofrece la psicología como: la comunicación, la negociación, la resolución de conflictos, la escritura de relatos, redefinir espacios, la búsqueda de alicientes comunes, la resiliencia, entre otras.
Gandhi “Nadie puede herirme sin mi permiso”.
E.- El fallecimiento de un familiar cercano.
Esta es la piedra angular de esta pandemia, la muerte.
Nuestra cultura, educación, religión no nos facilita la gestión ante la muerte. Siempre ha habido un protocolo ante la despedida de un ser querido que no la hemos podido realizar.
La psicología nos ayuda de la siguiente manera: la educación de padres a hijos debe estar basada en la muerte como algo natural; nacemos y morimos. Negar esta realidad es sufrir en silencio. Con la muerte no todo se acaba, es ahora cuando los recuerdos cobran vida; son estos recuerdos los que nos acercan a nuestros seres queridos y toman protagonismo.
Para disponer de un gran álbum de recuerdos debemos vivir EL PRESENTE, el AQUÍ Y el AHORA.
Hay que expresar en vida el amor que sentimos a esa persona, lo importante que es para nosotros.
Por otra parte, debemos respetar los ritmos de cada persona ante el duelo.
Cuando la muerte llama a la puerta de una forma brusca como la COVID 19, nos ayudarán nuestros recuerdos, expresar nuestras emociones, tener paciencia con nuestro dolor, técnicas de visualización, comunicarnos con el ser querido, seguir manteniendo mi rutina, mis hobbies y sentirnos útil ayudando a los demás.
Víctor Hugo “Incluso con la noche más oscura, terminará saliendo el sol”.
F.- La inestabilidad del mundo laboral.
Esta pandemia ha creado mucha incertidumbre. El ser humano necesita un entorno estable. Es nuestra zona de confort sin embargo, fuera de esta zona de confort es cuando el ser humano crece, se reinventa, es más creativo, toma más interés en su trabajo, valora más lo que tiene,…todo esto es la parte positiva del cambio. Debemos tener esta actitud de flexibilidad, de adaptación; son estos ciudadanos los que sobreviven, aquellos que tienen una capacidad de adaptación a las nuevas y cambiantes circunstancias. Para ello debemos de estar serenos y percibir la realidad tal como es, sin barreras, sin prejuicios para ser creativos en buscar nuevas soluciones.
Son momentos delicados donde debemos tener un control de nuestras emociones.
Tolstoi “Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”.
G.- Personas vulnerables por presentar patologías previas: Diabetes, TOC; Trastorno Espectro Autista, Hiperactividad.
No tuvieron en cuenta a este colectivo. Yo aconsejé salir con el informe o cualquier documento o carné que acreditara su patología.
Volverán mejores tiempos
Recuerda vivir el presente
Pensemos que toda pandemia es puntual
Helga González Medina
Psicóloga y Logopeda del Centro Pediátrico San Francisco