Para empezar abriendo boca por la entrevista a Julia Berdascas Viruete, vamos a hablar de problemas digestivos que se relacionan estrechamente con la nutrición. Aunque los problemas digestivos durante los primeros meses son muy comunes y casi siempre se experimentan de forma ocasional. Sin embargo, estos problemas requieren la atención de los padres para poder ver cuál es la evolución y por supuesto, dar una atención adecuada cuando se requiera y descartar otros problemas más serios como podría ser desnutrición, talla y peso inferiores e incluso, problemas respiratorios.
Los problemas más comunes son cólicos, diarreas, estreñimiento o regurgitaciones. Sin embargo, debemos saber cómo tratarlos. Vamos a explicar un poco más el problema de las regurgitaciones y vómitos y cómo poder prevenirlos.
Lo primero de todo, comentar que el problema más común son esas regurgitaciones, cerca de un 48% llegan a padecerlo y se distingue porque, después de comer, el pequeño vomita pequeñas cantidades de leche o papilla con olor agrio. ¿Por qué ocurre todo esto? Es debido a que el alimento ingerido se mezcla con ácidos estomacales y esto regresa por hacia la boca (el conocido reflujo). En la mayoría de los casos, este problema desaparece entre los seis y doce meses de edad, cuando los músculos del sistema digestivo adquieren fortaleza, sin embargo, no vale confiarse por si acaso se tienen que aplicar medidas preventivas.
En el caso de que el bebé rechace los alimentos, no aumente de peso, llore demasiado, recomendamos atención experta. Otros síntomas puede ser una tos frecuente o cuando respira muestra molestias en la garganta o pecho. (Esto lo podemos ver cuando el pequeño extiende el cuello y llora con la cabeza hacia a atrás).