Los más pequeños tienen la piel más sensible que los adultos, un aspecto que hace necesaria una especial precaución cuando se tiene previsto «exponerles» al sol durante algún tiempo.
Las escapadas a la playa o a la piscina son frecuentes en verano, pero es necesario saber que la piel de los niños en esas situaciones debe estar correctamente protegida.
Todo en exceso es negativo y hoy queremos recordaros que una sobreexposición al sol puede ser muy perjudicial para la salud de todos, aunque nos centraremos en los más pequeños.
Según algunos estudios, el 50% del daño que recibe la piel por exposiciones al sol se produce antes de los 18 años.
Consejos para proteger la piel
La Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria (AEPap) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) nos dan estos consejos para proteger la piel del sol:
- Es importante usar un fotoprotector solar durante los 18 primeros años de vida.
- Evita exponer a los niños al sol entre las 12 y las 17 horas.
- Es recomendable que el niño utilice camisetas, gorra y pantalones si va a estar expuesto al sol durante un largo periodo de tiempo. Las gafas de sol con cristales homologados también son necesarias.
- Si nuestros hijos tienen la piel y los ojos claros hay que utilizar fotoprotector de más intensidad.. Estas protecciones normalmente dejan en el piel una capa blanca más visible que las demás cremas que hace que la protección sea más fuerte y apta para la piel de los niños.
- Siempre se debe aplicar el Fotoprotector 30 minutos antes de salir de casa y hay que renovar frecuentemente su aplicación cada dos horas.
- Tener una buena hidratación: Si el menor va a estar expuesto al sol, es aconsejable que se hidrate de forma adecuada con una frecuente ingesta de agua. Las consecuencias de un «mal comportamiento» con respecto al sol, pasan por quemaduras solares, o golpe de calor. Este último no es tan frecuente como el primero, pero puede causar fiebre, dolor de cabeza, naúseas, vómitos, etc…