La psicomotricidad de un recién nacido varía mucho desde el primer día hasta que cumple los dos años, y las manos no son una excepción. Se trata de una extremidad con cierta complejidad para el niño, en la que pueden mover cada uno de sus dedos independientemente, y eso provocará un gran interés en el bebé. Es por eso que suelen juguetear con sus manos, descubriendo todas las posibilidades de movimiento.
En un primer momento, al nacer, apenas realizan movimientos. Únicamente responden al acto reflejo de notar algún tipo de presión en la palma de sus manos. En ese caso el niño se aferrará a lo que presione la mano.
Pocas semanas después el niño comienza a tirar de una mano utilizando la otra…comienza a explorar en definitiva, las posibilidades de sus manos. No tiene destreza, pero comienza a realizar movimientos voluntarios. A las ocho semanas ya comienza a mover los dedos, y a las doce semanas ya controla mejor los movimientos. Fruto de esto, y de continuar explorando las posibilidades, es el momento en el que nuestro bebé tratará de golpear todo lo que tenga a su alcance.
Llegamos a los 3 meses, y el niño ya intenta alcanzar objetos, pero utiliza toda la mano, especialmente la palma en lugar de los dedos, y tiene por tanto poca precisión. Hasta los cuatro meses y medio el niño no tendrá suficiente fuerza en las manos, pero llegado este momento ya sus movimientos y fuerza son más efectivos, y llegará a alcanzar objetos con las manos para llevárselos a la boca y examinarlos.
Los avances se continúan y a los 7 meses ya poseen cierta destreza, y son capaces de jugar con bloques. Agarran y sueltan objetos cuando quieren, e incluso tratan de comer por ellos mismos.
A partir de los 9 meses el manejo crece de manera exponencial. Manejan bien sus manos, comienzan a dar palmas (cosa que les divierte mucho), y arrancan a manejar sus dedos por separado. Lo más habitual es que comiencen por el índice, y poco después hagan la “pinza”, con los dedos índice y pulgar. Y a los doce meses, ya podríamos decir que prácticamente pueden hacer de todo. Comienzan a comer solos, mueven los dedos por separado y se manejan con autonomía. Es cierto que les falta destreza, pero poco a poco van ganándola hasta los 24 meses, cuando ya su desarrollo psicomotriz podríamos decir que finaliza en este sentido.