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La piel de los bebés requiere de unos cuidados especiales para mantenerla en todo momento sana, pues su piel es entre un 40 y 60 por ciento más fina y sensible que la de un de un adulto. Es mucho más permeable a sustancias tóxicas, por lo que hay que tener especial cuidado en los productos como cremas, geles, champús o lociones hidratantes que los padres les aplican.

La piel de los recién nacidos y bebés prematuros es propensa a sufrir perdidas de calor y de agua, un dato a tener en cuenta por los padres. En esta etapa de sus vidas su piel es químicamente menos ácida debido al bajo contenido en ácidos grasos, lo que hace que sean más propensos a coger infecciones y parásitos. Todo esto se resume en que su bebé recién nacido todavía no ha desarrollado suficientes mecanismos defensivos. Todo esto condiciona el riesgo a contraer un mayor número de enfermedades infecciosas en la piel. Como explican algunos expertos “La piel es el órgano de mayor tamaño y está más expuesta al clima, al roce con la ropa, al agua, al sol y a las infecciones”.

En los meses de invierno es importante proteger la piel de tu bebé de todas las agresiones que puede causar el frío. Dermatólogos coinciden en que se debe evitar “dar baños muy calientes a los más pequeños durante los días más fríos del invierno, para evitar que la piel se quede reseca, áspera o agrietada”. Algunas de las instrucciones que marcan para que el baño sea adecuado es mantener el agua a una temperatura entre unos 30-32 grados centígrados y que la duración del baño no sea superior a 15 minutos. Por otra parte, en los día más fríos es importante evitar el uso de jabones y esponjas porque pueden dañar la capa de grasa que existe en la capa superior de la piel y de esta manera también se evita la perdida de agua. Para esta época del año los jabones de glicerina son los más indicados para los bebés.

Las cremas y lociones hidratantes deben ser imprescindibles sobre todo para el momento de después del baño. Por otra parte, aunque la temperatura sea muy baja hay que evitar abrigar en exceso a los bebés y vestirlos con prendas de fibra sintética y lanas. Es recomendable la ropa fabricada con algodón para evitar una dermatitis atópica.

El cuidado de la piel de tu bebé durante el verano

En los meses de verano los bebés suelen pasar mayor tiempo al aire libre por lo que se hace necesario proteger la piel de los más pequeños de los rayos del sol. Es totalmente crucial consultar con su médico para saber cuál es la crema que protege mejor a su bebé y cuál es el nivel filtro solar adecuado para cada bebé. Además, hay que tener en cuenta que los bebés recién nacidos siempre que estén bajo el sol se les debe poner un sombrero o llevar una sombrilla en el carro para que no incida sobre ellos directamente los rayos de sol. Por otra parte, durante esta época del año afloran las picaduras de mosquito. Por lo que como dice el dicho “mejor prevenir que curar”. En estos casos, las farmacias ponen a su disposición repelentes y pulseras que alejan a los insectos de los bebés recién nacidos.