La alergia es una reacción patológica del sistema inmunológico encargada de proteger de infecciones y tumores. Ésta se caracteriza por responder de forma inflamatoria exagerada ante algunos estímulos que son inofensivos y en general tolerados por la mayor parte de la población.
En el caso de los niños, el sistema inmunitario del cuerpo desencadena una reacción exagerada y trata al alérgeno como un invasor. Esto produce síntomas que varían desde molestias leves hasta daños graves de importancia.
La primavera es la estación caracterizada por la abundante aparición de alergias en el ambiente, pero también hay que tener en cuenta otras como la alimenticia.
Se puede manifestar de diversas maneras, la reacción más común y visible es la cutánea, aunque también puede darse el caso de rinitis alérgicas o asma bronquial.
Las causas de la alergia pueden ser de carácter genético o hereditario, pero no siempre tiene porqué ser así.
Se ha llegado a concluir, cómo en niños donde existe una clara predisposición familiar a sufrir patologías alérgicas, hay un 50% de probabilidad de que tu niño la padezca.
Algunos de los síntomas que pueden manifestar la alergia son:
- Pequeñas lesiones en la piel con hinchazón, picor o escozor
- Rojeces o lesiones que provocan escozor o picor en diferentes localizaciones del cuerpo
- Mucosidad excesiva
- Conjuntivitis, ojos irritados
- Sibilancias o “pitidos” al respirar
- Tos continua o persistente
- Sensación de ahogo e insuficiencia respiratoria
Lo mejor ante cualquier de los síntomas nombrados, es acudir a tu pediatra para que pueda hacerle una exploración exhaustiva y determinar si padece alergia o no.
Además, estas pautas pueden ser de ayuda para intentar prevenir la alergia:
- Lactancia materna
- Evitar la exposición al polvo domestico
- Medicación específica como tratamiento preventivo