Hoy queremos compartir con vosotros una anécdota de Mar, una madre de Centro Pediátrico San Francisco que nos cuenta la experiencia que tuvo con Martín…
Os escribo para compartir mi experiencia. Más que nada, porque cuando me pasó yo no tenía ni idea de qué estaba pasando y el susto fue tremendo.
Martín tenía 18 meses. Yo justo estaba embarazada de la segunda. Aquel sábado pasamos el día en Logroño con unos amigos. Por la tarde, ya cuando volvíamos a Zaragoza notamos que el niño estaba muy caliente durante el viaje pero no llevábamos Apiretal ni termómetro, por lo que justo al llegar a casa le dimos.
Mi marido me dijo que se acostaba con él, por controlarle la fiebre y que yo me fuera a otra habitación, por no contagiarme nada.
Al cabo de dos horas oí a mi marido:
– ¡Mar, píde ayuda! Y salió con el niño en brazos, totalmente rígido e inconsciente.
Yo le miré y fui corriendo a avisar al vecino de enfrente con la suerte de que es médico. El niño estaba “totalmente paralizado”.
El vecino nos tranquilizo, le puso de lado, miró que no tuviera nada en la boca y al cabo de unos segundos (que para mí fueron eternos), el niño se despertó…
– Le ha dado una convulsión febril, tranquilos.
Hasta ese momento nunca había oído hablar de esto, que les sucede a los niños y hay más probabilidades de que les suceda cuanto más pequeños son debido a los cambios fuertes de temperatura.
Ahora reconozco que cuando tienen fiebre no puedo evitar controlarles mucho porque aquel susto no me lo quita nadie…
Por eso quería pediros que deis información de qué es una convulsión febril, que sé que ya estáis en ello para informar a más gente como yo, que no teníamos ni idea de que esto pudiera pasar…
Muchísimas gracias.