Los primeros síntomas de la dermatitis, suelen ser irritaciones y picores.
La más común es la dermatitis por contacto. Si observamos un poquito es fácil detectar qué la provoca, así como también es fácil reconocer los síntomas ya que provoca ardor, inflamación y picor en la zona de contacto de manera bastante inmediata.
El eczema o dermatitis atópica, es una enfermedad que afecta hasta al 20% de los niños en edad escolar. No tiene cura, pero se pueden aliviar sus síntomas e intentar controlar los brotes.
La utilización inapropiada de remedios caseros puede no beneficiar al bebé, e incluso agravar los síntomas. Lo mejor siempre es acudir al pediatra.
Cinco expertos internacionales y la Asociación de Familiares y Pacientes de Dermatitis Atópica (ADEA) han redactado el siguiente Decálogo para el control de la dermatitis atópica:
- Evitar que el niño se rasque. Mantener las uñas del niño cortas. Si es necesario se le pueden poner unos guantes e incluso intentar mantener tapada la zona afectada.
- Mantener una hidratación constante. La utilización de cremas hidratantes ayuda a evitar que la piel se reseque.
- Quitar la etiqueta de la ropa. El hilo de las costuras y las etiquetas, suelen estar hechos de materiales alérgicos para los bebés. En los niños lo mejor es utilizar ropa cuya composición sea algodón 100%.
- Informar al profesor del niño. Los picores y la irritación pueden surgir en cualquier momento. Es importante que el niño conozco lo que le pasa y que lo sepan en el colegio para que le puedan ayudar y se sienta protegido.
- Observar dónde y cuándo ocurren los brotes. Detectar los momentos y circunstancias en que se produce un brote puede ayudarnos a minimizar los síntomas, a prevenir su aparición y a dar información a nuestro médico para que nos ponga el tratamiento más adecuado.
- Hablar y concienciar al niño. En la medida que nos lo permita su edad, debemos enseñar al niño los cuidados que debe tener con su afección.
- Considerar las estaciones del año. Los cambios de temperatura y una ropa no adecuada, pueden afectar a la piel. También la calefacción y el aire acondicionado, que pueden resecarla.
- Tener cuidado con la comida. Algunos alimentos pueden provocar la aparición de reacciones de tipo alérgico.
- Bañar a los niños a diario. Usar una loción sin jabón ni alcohol. Que el baño no sea prolongado y que el agua esté tibia. Secarse bien sin frotar y no olvidarse de la hidratación posterior.
- Buscar y aplicar un tratamiento adecuado. Aunque no tiene cura, el médico nos recomendará el mejor tratamiento en cada caso.
Para cualquier problema o consulta, no dude en ponerse en contacto con su pediatra.