Llega el momento en el que nuestro hijo cumple su primer año, y aproximadamente en ese momento es en el que cuando el niño empezará a dar sus primeros pasos. Previamente además han empezado a gatear.
Es un momento fundamental en el desarrollo del niño: Descubre cada vez más nuevas funciones psicomotrices, puede realizar nuevos movimientos…en definitiva, se muestra entusiasmado, y con una energía que parece inagotable, moviéndose constantemente…pero por supuesto, sin ser para nada consciente de los peligros con los que a partir de ahora se va a encontrar. Llegado a este momento, surge una duda fundamental para los padres: ¿Cómo hacer que mi hijo sea consciente de los peligros a los que se enfrenta? Vamos a ver cómo hacer que los interiorice.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que tendremos que armarnos de paciencia. Es importante que seamos conscientes de que es fundamental vigilar los movimientos del niño, y que de esa parte no podremos librarnos.
Pero lo más importante, y lo que será lo más eficaz, es que nos anticipemos, explicándole al niño cada uno de los riesgos que hay en el hogar (el horno o el fuego quema, las esquinas hacen daño, el detergente le hará daño…) con paciencia.
Indudablemente, será indispensable tomar algunas medidas de seguridad como tapar enchufes, y generalmente el hecho de que el niño aprenda también de algunos golpes fortuitos, será común.
Pero como pauta fundamental, recomendamos y consideramos lo más eficaz el explicar con paciencia dónde se encuentran los peligros, y el peligro en cuestión que suponen.