Recientemente se ha sabido que en Berlín, Alemania, ha surgido un nuevo brote de sarampión. Ante esto los expertos han alertado de la posibilidad de un rebrote de esta enfermedad en Europa, debido a que una de las principales características de este mal es su potencial contagioso.
Para evitar el contagio, los citados expertos aseguran que lo más efectivo será el aislamiento del afectado, especialmente en 10 días críticos. Estos 10 días son los 3 del período de incubación (muy difíciles de detectar, puesto que el sarampión todavía no ha mostrado sus síntomas) y en la primera semana en la que sí que se muestran los síntomas típicos de esta enfermedad.
Precisamente los síntomas típicos suelen ser los siguientes y en el siguiente orden: La primera manifestación del sarampión suele ser similar a la de un gran catarro: El afectado tiene tos, ojos enrojecidos, mucha fiebre, e incluso puede que se le inflamen los párpados. Aquí es cuando es necesario acudir a su consulta pediátrica lo antes posible, con el fin de poner en tratamiento lo antes posible al niño.
Después de esta primera manifestación del sarampión se suceden el resto de manifestaciones típicas de esta afección: Aparecerá un primer sarpullido, generalmente en la cara. Más tarde se extenderá por todo el cuerpo y extremidades, y podrán ir acompañados de manchas en tonos blancos en la mucosa bucal.
Aproximadamente una semana o 10 días después del inicio de los síntomas externos de la enfermedad, ésta desaparecerá. En principio no se trata de un virus malignos, aunque en casos muy extremos puede llevar a graves complicaciones relacionadas con la otitis, la neumonía o incluso encefalitis; si bien este último caso se da aproximadamente en uno de cada mil casos.
A pesar de estos síntomas que ayudarán a evitar el contagio con el aislamiento, lo más efectivo es la vacunación. Puede consultarlo con su pediatra, y éste le asesorará con mayor profundidad sobre la decisión a tomar.