Después de un mes de confinamiento, empiezan a terminarse las ideas, las manualidades para hacer con los niños, los entretenimientos…
Se cansan de ver la tele, de pintar… Y entonces comienzan los problemas conductuales.
Los problemas en la conducta de los niños, suelen ser el reflejo de un estado interno que no están sabiendo gestionar, una emoción, nerviosismo, ansiedad… incluso aburrimiento y cansancio.
Ante esta situación, algunos padres y madres se sienten frustrados, cansados, culpables… experimentan una serie de emociones negativas que les hacen reaccionar de muchas formas diferentes.
Es normal que, ante esta situación tan desconcertante y novedosa, los padres no sepan qué hacer (a lo cual hay que sumar la circunstancia de no poder salir a la calle).
Para afrontar problemas leves y/o moderados de conducta, os traigo una serie de pautas y consejos que os ayudarán durante esta cuarentena para sobrellevar los problemas conductuales de los peques.
Si los problemas persisten y/o aumentan de intensidad, debéis acudir a una consulta de psicología para evaluar y tratar esos problemas conductuales.
¡Ánimo!
#yomequedoencasa #juntospodemosconseguirlo
ANTES DEL CONFLICTO (PAUTAS GENERALES):
- Prestar atención a los comportamientos positivos y reforzarlos usando el elogio, el reconocimiento o el agradecimiento.
Habitualmente los padres se centran en las conductas negativas porque son las que provocan más conflictos, pero es importante centrarse también en lo positivo que realiza el niño. - Obviar los comportamientos negativos. A veces los gritos y el enfado actúan comoreforzadores de las conductas que desearíamos evitar. Siempre que sea posible, y no se trate de un comportamiento imperdonable, es mejor hacer caso omiso de las conductas disruptivas, para evitar prestar al niño la atención que está reclamando con esa conducta. De este modo, es posible que la conducta se extinga por si sola.
- Anticipar las situaciones problemáticas.
Si se sabe cuales son los momentos o situaciones que causan más conflicto, la mejor opción es anticiparse a su respuesta y proponerle otra actividad u otra manera de enfrentar esta situación. - Explicar racionalmente cuáles son los comportamientos inaceptables
De esta forma el niño sabrá qué se espera exactamente de él. Muchos padres cometen el error de castigar a sus hijos sin haberles dicho jamás qué esperaban de ellos. No debemos dar nada por hecho. - Compartir tiempo con él, haciendo algo que le guste.
- Reforzar la independencia de los pequeños: dejarles hacer tareas
cotidianas como hacer la cama, ayudar a poner y recoger la mesa,etc… - Establecer normas de forma racional y cumplirlas a rajatabla.
CARACTERÍSTICAS DE LAS NORMAS:
- Deben ser claras y sencillas: Si el niño es muy pequeño, no deben darse demasiadas instrucciones porque puede que no las entienda. Si son mayores, procuremos no alargar las instrucciones para evitar estas sermoneándoles constantemente.
- Coherentes: deben aplicarse de forma racional, evitando la improvisación.
- Consecuencias de la conducta problema: deben describirse las consecuencias y/o castigos que conllevarán las conductas problemáticas.
- Firmes: deben ser firmes, para toda la familia, y cumplirse a rajatabla.
- Adaptadas a la edad del niño/a: evitaremos exigirles cosas que no son capaces de hacer por la edad o etapa evolutiva en la que se encuentran.
DURANTE EL CONFLICTO:
- Mantener la calma e ignora las conductas negativas (llantos, pataletas, rabietas). No muestres tu enfado al niño.
- Hacer que el niño pida disculpas por el mal hecho social o físico (ya sea escrito, o cara a cara, o recomponer algo, etc), si no accede acompañarlo y guiarle. Elogiarle cuando lo haya hecho.
- No justificar ni debatir las decisiones, dar respuestas sencillas y claras. Evite comentarios del tipo: “ya te lo advertí»…Posiblemente esa sea la razón por la cual el niño llevó a cabo el comportamiento.
- No discuta, busque frases que terminen con el problema y/o la conversación.
- Ignorar las protestas.
- Usar la técnica de los 3 avisos. Al tercer aviso tendrá una consecuencia.
- Mantenerse firme pero afectivo.
- Evitar prestarle atención cuando no se le debe prestar.
- Deben aprender a ser atendidos cuando el adulto pueda y no cuando ellos quieren o exijan. Ignorar comportamientos inadecuados, y si sigue insistiendo en buscar atención atención, utilizar el disco rayado (por ejemplo: repetir todo el tiempo sin perder la calma “ahora estoy hablando hijo, cuando acabe te atiendo”).
PAUTAS PARA APLICAR CASTIGOS:
1) Elegir un castigo que reduzca la conducta no deseada.
2) Usar el castigo de forma moderada: si se usa habitualmente, dejará de ser efectivo.
3) Combinar castigo con refuerzo positivo: acompañar el castigo de un razonamiento
del mismo que le enseñe al niño una “lección” y una alternativa a su conducta
problema.
4) Aplicar el castigo tan pronto como sea posible, sin demorarlo en el tiempo.
5) Explicar al niño las consecuencias de sus conductas, hacerle saber cuáles son las
que desagradan a los padres y lo qué pasará si continúa haciéndolas.
6) Mantenerse firme en el castigo.
7) No amenazar si no se va a llevar a cabo.
8) Aplicar el castigo durante un tiempo razonable: si es breve, o demasiado largo, no
será eficaz.
DESPUÉS DEL CONFLICTO:
- Practicar relajación en familia: la técnica de la tortuga.
- Ayudar a pedir perdón de forma correcta a aquellos que haya podido ofender o hacer daño.
- Ayudar a escribir sus sentimientos como una forma de entendimiento. Habla con el niño sobre sus pensamientos una vez que esté más tranquilo, e intenta razonar sobre su comportamiento.
Para cualquier duda o problemática, no dudéis en contactar con nosotros en: Centro Pediátrico San Francisco.