Dra. Mari Luz Rodríguez
Hoy nuestra pediatra Mari Luz Rodríguez nos habla de las convulsiones febriles.
“ Visitamos a diario pacientes que han sufrido convulsiones febriles y los padres desconocían la existencia de las mismas por lo que es importante estar informado”- asegura Mari Luz.
Las convulsiones febriles, por desgracia, son mucho más frecuentes de lo que podemos pensar (2% – 5% de bebés y niños menores de 5 años).
Afortunadamente, suelen ser inofensivas y, por lo general, no indican un problema de salud grave.
Las convulsiones febriles son respuestas del organismo ante la elevación brusca de la temperatura corporal. El sistema inmunitario reacciona ante una determinada infección y lo más frecuente es que ocurran por fiebre por encima de 38º o 38,5ª ( las fiebres que se desencadenan se deben generalmente a una infección viral y, en casos menos frecuentes, a una infección bacteriana).
¿Cómo podemos reconocer una convulsión febril?
- Pérdida brusca de conciencia (no respuesta a llamadas o a estímulos)
- Sacudidas en las extremidades de forma intermitente (brazos, piernas, tronco y cabeza)
- Rigidez en los músculos del cuerpo y/o flacidez o pérdida de fuerza en las extremidades.
- Ojos en blanco o mirada perdida
- En algunos casos, labios morados
Lo más común es que aparezcan el primer día de fiebre. Suele durar unos segundos y en determinados casos hasta 15 minutos. Generalmente, una vez pasada la convulsión, el niño vuelva en sí y esté recuperado al 100% en pocos minutos.
Es importante destacar que NO SUELEN SER PERJUDICIALES PARA EL NIÑO NI DESENCADENAN SECUELAS NEUROLÓGICAS que puedan afectarles en un futuro.
Existen factores de riesgo para desencadenar una convulsión febril: por un lado, la edad del bebé o el niño (6 meses a 5 años teniendo mayor recurrencia entre los 12 y 18 meses) y, por otro, los antecedentes familiares (existen genes susceptibles a las convulsiones febriles)
¿Cómo actuar ante una convulsión febril?
- Tratar de mantener la calma (entendemos que es muy complicado en esta situación pero el miedo y la ansiedad sólo harán que no puedas reaccionar)
- La posición del niño que ha convulsionado es fundamental. Tumba al pequeño sobre un costado y asegúrate de que no tenga nada en la boca y no intentes controlar los movimientos del niño.
- No le metas al niño los dedos en la boca.
- Si sobrepasa los 15 minutos llama inmediatamente al servicio de urgencias. Lo habitual es que duren unos segundos o incluso minutos.
Una vez haya pasado, acude a urgencias para verificar que no haya ninguna secuela.
Por supuesto, para cualquier duda o consulta que tengáis, no dudéis en consultarnos en cualquiera de nuestros dos CENTROS PEDIÁTRICOS SAN FRANCISCO (Valdespartera o Plaza San Francisco).