Se acercan las Navidades y con ellas los regalos, pero antes de los regalos viene la carta para los Reyes Magos y para Papá Noel. ¿No te parece que cada año tus hijos piden más regalos? ¿Terminas regalándoles más cosas año tras año?
Regalarles más de lo normal puede terminar siendo contraproducente, y es que, si a un niño le entregas todo aquello que te pide, creas una complacencia que el joven extrapolará a otros ámbitos. En el presente seguramente favorezcas su avaricia, su falta de generosidad, y la escasez de esfuerzo. En un futuro perjudicaras su maduración personal, se volverán más insaciables y caprichosos, y les costará más compartir. En este sentido los padres son responsables de la educación de sus hijos, por eso debemos aprender a gestionar la cantidad de regalos que les damos, y el porqué de esos regalos. A veces los regalos no tienen por qué venir solo en Navidad, sino que se pueden premiar las buenas acciones, enseñándoles que tienen que aprender a luchar por lo que quieren, y por el contrario también se pueden castigar las malas acciones en momentos de regalar como estas fiestas.
Sin desviarnos del tema principal de los regalos navideños, ¿cómo podemos distinguir entre qué regalos hacerles? Puedes guiarte por algunas de las siguientes pautas; preguntarles qué es lo que realmente les hace más ilusión, centrarte en regalos que posean utilidad más allá del juego, regalar juegos que ayuden a la creatividad o a su sociabilidad, comprarles regalos necesarios. Pero al final, lo que más importa es tu criterio personal para saber qué regalar, pues tú más que nadie conoces a tus hijos.