A medida que los niños crecen, adquieren una mayor autonomía, intentan llamar la atención de sus padres, lo que en muchas ocasiones puede causar enfados o rabietas.
Las rabietas desencadenan situaciones complicadas tanto para padres como para niños. Es por eso que es importante saber cómo actuar y llevar esta situación con la mayor tranquilidad posible.
Las rabietas suelen tener su momento álgido alrededor de los 2 años, ya que, estas edades los niños no saben como manejar sus emociones y es la única forma que conocen para canalizar su ira, enfado o frustración.
Los niños muchas veces ante esta estas emociones se tiran al suelo, gritan, patalean, se cuelgan de nuestras piernas e incluso pueden llegar a pegar e insultar.
No hay ninguna solución infalible para este tema pero te damos algunos consejos que te pueden ayudar a sobrellevar la situación:
- Crear rutinas ayudará al niño mantener un orden y al mismo tiempo se le aportará seguridad y confianza.
- Mantener la calma es importante. Gritar al niño o castigarle no sólo no le enseña sino que puede ser contraproducente.
- Anticípate si sabes cómo va a reaccionar ante determinadas circunstancias que es mejor evitarlas.
- Ser más flexibles.. Recurrir demasiado al “no” o poner demasiadas normas o limites, frustra a los niños.
- Evita discutir con ellos en el momento de tensión puesto que no escuchan y solo gritan.
- No prestar demasiada atención a lo que ocurre y esperar a que se calme. Esto puede ayudar que su rabieta vaya a menos
- Ofrecerle una actividad que le guste para desviar su atención
- Dialogar con el niño una vez acabada la rabieta con total naturalidad.