Una correcta nutrición conlleva una ingesta diaria de diferentes grupos alimenticios, sin embargo, ciertos alimentos pueden producir síntomas incómodos y molestos debido a que la digestión es incorrecta o dificultosa. Una intolerancia alimentaria es cuando el alimento en cuestión no es tolerado por el organismo, normalmente esto se debe a un problema fisiológico o quizá una carencia digestiva o metabólica.
Tenemos que tener en cuenta que hay una confusión generalizada entre lo que es una alergia alimentaria y una intolerancia alimentaria. La alergia alimentaria se desencadena una respuesta del sistema inmunológico mientras que la intolerancia se debe a falta de componentes necesarios para la correcta digestión del alimento en cuestión, sin acción del sistema inmune. Uno de los principales causantes son la leche, pescados, huevos en los niños mientras que en los adultos, serían los mariscos y frutos secos. Una persona que padece alergia alimentaria no puede ingerir absolutamente nada de ese alimento, en cambio, con una intolerancia, sí que puede ingerir una pequeña cantidad de alimento sin inconveniente.
Si nos centramos en una alergia alimentaria, los síntomas más comunes que nos podemos encontrar por ingerir este alimento son urticarias en diferentes zonas, erupciones tos, diarreas, vómitos, congestión e hinchazón de labios o párpados además de dificultad para respirar, mareos y demás. Tenemos que dejar claro que las intolerancias presentas síntomas más leves, sin dejar de ser molestos, como puedan ser dolores abdominales, gases o diarreas… En cambio, tener en cuenta que los síntomas de las alergias, pueden ser incluso mortales. Por esa razón, recomendamos realizar controles y pruebas para saber a qué alimentos el niño tiene alergia e intolerancias. Destacar por otra parte que en el caso de las alergias, los síntomas suelen aparecer con una horquilla de tiempo entre los 30 a 60 minutos. La intolerancia, puede tardar incluso 72 horas.
Es muy importante detectar precozmente las intolerancias alimentarias en niños y bebes, ya que algunos trastornos son congénitos. Y pueden provocar la mala absorción de nutrientes, provocando carencias alimenticias y fallos en el crecimiento y el desarrollo correcto infantil. Desde Centro Pediátrico San Francisco recomendamos observar las diferentes reacciones del niño o el bebé a alimentos que puedan ser ocasionados por tema de intolerancias, como diarreas, dolores excesivos de tripa, eczemas, picores y lloros continuos.