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¿Qué es la intolerancia  a la lactosa?
La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. El cuerpo necesita una enzima llamada lactasa para digerir la lactosa.
La intolerancia a la lactosa se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente cantidad de esta enzima.

¿Es lo mismo intolerancia a la lactosa que intolerancia a la leche de vaca?
No es lo mismo
. Lo que llamamos intolerancia a la leche de vaca es una condición de alergia a proteínas de la leche (no a la lactosa), lo que genera problemas clínicos serios en lactantes (niños menores de año). La intolerancia a la lactosa no es una alergia, es una incapacidad de digerir el azúcar de la leche, y se desarrolla en edades mayores, generalmente después de los 2 a 7 años de vida.

Los síntomas que causa la intolerancia a la lactosa son:
Náuseas, Dolor abdominal, Espasmos, Hinchazón y distensión abdominal, Gases abdominales y flatulencias, Diarreas ácidas, Heces pastosa y flotantes, Defecación explosiva, Vómitos, Abatimiento, Cansancio, Dolores extremidades, Problemas cutáneos, Alteraciones de la concentración, Nerviosismo, Trastornos del sueño, Enrojecimiento perianal.
¿Y si no quiero renunciar a los lácteos qué alternativas tengo?
Si no quieres renunciar al sabor y propiedades nutritivas de la leche de vaca, desde hace unos años puedes encontrar en el mercado marcas de leche cuya lactosa se ha eliminado o hidrolizado previamente de forma parcial llamándose “bajas en lactosa” o total “sin lactosa”. Una oferta que se ha complementado con productos derivados lácteos como quesos en diferentes variedades -gouda, emmenthal, etc. , quesos rallados, yogures, batidos de sabores, nata, crema, etc…También en nuestro país, ya puedes encontrar suplementos de lactasa en forma de pastilla/cápsula que te permitirán consumir productos lácteos. Se recomiendan para uso esporádico si comes fuera de casa y no estás seguro de si los platos contienen o no lactosa, cuando acudes a una cena de negocios, una celebración, etc. Estas pastillas lo que hacen es aportar a nuestro organismo la lactasa que necesitamos para desdoblar la lactosa de una comida en concreto, así que deberás de tomarla cada vez que hagas una comida porque su efecto es momentáneo. Su principal inconveniente radica en encontrar tu dosis adecuada, ya que ésta siempre dependerá de la relación entre:

¿De qué métodos de diagnóstico disponemos?

  1. Test de hidrógeno en el aliento (método más utilizado)
    Al paciente se le suministra una solución con lactosa (25-50g de lactosa en 200-400ml de agua) y a intervalos posteriores de tiempo de 15 minutos se le hace soplar unas bolsas herméticas/instrumento indicador/probetas de donde se recogen muestras. Cuando los azúcares no digeridos son transportados al intestino grueso, las bacterias presentes allí lo utilizarán como alimento y crearán hidrógeno como producto de desecho. El hidrógeno es absorbido por el caudal de sangre y expedido en la respiración. El hidrógeno detectado en la respiración indica que el azúcar ha entrado en el intestino grueso no habiendo sido bien absorbido en el intestino delgado. Se debe constatar un aumento del hidrógeno en la respiración tras la ingesta de la lactosa y en base al resultado se determinará su grado de intolerancia. Esta prueba también se realiza valorando además la presencia de Metano para evitar así posibles falsos positivos
  2. Test sanguíneo de sobrecarga de lactosa
    Primero al paciente se le hace una extracción de sangre para conocer su glucemia basal (nivel de glucosa en sangre inicial). Después, como en el test del hidrógeno, se le suministran 100 gramos de lactosa en una solución con agua. Seguidamente pasados 60 y 120 minutos se toman de nuevo muestras de sangre. Si no se produce la liberación de la glucosa -por la ausencia de la acción de la lactasa que debería estar en el intestino- no se produce una absorción de la glucosa al torrente sanguíneo a través de la pared intestinal y por tanto no se incrementa el nivel de glucosa en la sangre y por tanto se puede decir que existe una intolerancia a la lactosa. Se puede afirmar que existe intolerancia a la lactosa si la glucemia (nivel de glucosa en sangre) después de la toma de la lactosa no sube más de 14,4mg/dl (0,8mmol/l) respecto al valor basal (inicial).
  3. Biopsia del intestino delgado
    Las muestras de una biopsia del intestino delgado pueden obtenerse por EGD (esófagogastroduodenoscopia) u otra endoscopia del tracto gastrointestinal superior. Se introduce un tubo flexible de fibra óptica (endoscopio) a través de la boca o nariz hacia el tracto gastrointestinal superior. Las muestras de tejido obtenidas durante la endoscopia son enviadas al laboratorio para ser examinadas. Se constata la presencia o no de lactasa en la mucosa intestinal.
  4. Test genético
    Estudios recientes establecen que la actividad de la lactasa está asociada a la presencia de dos polimorfismos identificados en el gen MCM6. Este método consiste en extraer y amplificar el ADN de una muestra -de sangre o saliva del paciente- , continuando con un protocolo de hibridación en tira para así detectar la presencia de los polimorfismos C/T 13910 Y G/A 22018 en personas no intolerantes. El resultado práctico final son una serie de bandas coloreadas sobre una tira que se interpretan con ayuda de una plantilla. En función de las distintas combinaciones que se encuentren, se puede determinar si un paciente es intolerante a la lactosa o no.