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El colesterol  es la grasa permanente que tenemos en nuestro organismo, y que debe ser regulada y mantenerse en unos ciertos niveles. En caso de tener unos niveles altos de colesterol, podría ser perjudicial para nuestro organismo y para nuestra salud.

Sufrir de un colesterol elevado generalmente es un mal que se asocia a la edad adulta, y en la mayoría de los casos así es. Pero no debemos olvidar que, aunque no sea frecuente, un niño también puede tener unos niveles elevados y por tanto, hay en casos en los que es recomendable comprobar que todos los índices se hayan correctamente.

En la primera infancia (niños entre 2 y 5 años) sólo es recomendable o se aconseja este tipo de pruebas a niños que realmente tengan riesgo de tener colesterol. Es decir, niños con sobrepeso u obesidad, niños con antecedentes genéticos de hipercolesterol o problemas de corazón, o niños cuyo organismo, debido a otros problemas como podría ser el hipotiroidismo, su organismo produzca colesterol.

Llegados a la adolescencia, es otro momento en el que debería mirarse también en algunos casos. Destacamos que no en todos los casos, puesto que es una prueba un tanto compleja que requiere que el niño pase 12 horas sin comer y posteriormente se realiza un análisis de sangre. Recalcamos no obstante, que en algunos casos es recomendable puesto que el colesterol se pega a las paredes de los vasos sanguíneos, pudiendo llegar a obstruir la circulación. Por ello, especialmente entre niños con sobrepeso, vida sedentaria, o hábitos alimenticios incorrectos; es recomendable hacer estos análisis.

No obstante lo más importante siempre es la prevención. Para ello recomendamos una dieta equilibrada  y un estilo de vida activo.

Y por supuesto, ante cualquier duda o inquietud no dude en consultar con su pediatra.